Nuestro primer día de alquiler de coche. Empieza la aventura… y los imprevistos. Por la mañana estuvimos en la Playa de las Siete Millas, y a media tarde nos fuimos a ver atardecer en el mítico Rick´s Café.
Distancias: Trayecto Montego Bay-Negril
- Desde Montego Bay, conducir por la Autopista la A1, carretera principal que va por toda la costa norte.
- Montego Bay – Playa de las Siete Millas en Negril: 76 km (1h 30 min)
- Playa de las Siete Millas – Rick´s Café: 4 km (10 min)
- Rick´s Café (Negril) a Montego Bay: 73 km (1h 20 min)
Playa de las Siete Millas en Negril (Seven Mile Beach)
La A1 en general está en buen estado, si no fuera por los boquetes que hay de repente y que no te esperas en su asfalto, id con cuidado para evitar pinchazos y averías.
Está muy cerca del mar por lo que hay tramos con bonitas vistas al mar del caribe.
También se traspasa algún pueblo. Esta casa por ejemplo es una carnicería.
El viaje es muy entretenido. Además me encantaba divisar las casas de colores que tienen los jamaicanos.
Y por fin llegamos a la famosa Playa de las Siete Millas, pero no nos dimos cuenta hasta que llegamos al propio Negril, y es que, como la playa no es pública, no se ve desde la carretera. Vas pasando por una carretera en donde ves un hotel tras otro, y no ves nunca la playa, y es que cada hotel tiene su propio tramo de playa privada.
En Negril nos dijeron que sólo hay un tramo de playa “pública” al principio, la parte más lejana a Negril, que es para acceso a turistas, porque a los jamaicanos no les dan acceso a estos lugares con excusa de la seguridad de los turistas.
Así que se ve un cartel indicando “Beach” y un pequeño aparcamiento donde aparcamos. Y allí nos dimos cuenta que, debido a los varios agujeros /boquetes que nos “comimos” en la carretera, la llanta de una de nuestras ruedas estaba completamente aplastada. Madre mía! Qué íbamos a hacer, no podíamos seguir el día con la rueda así, y menos volver al hotel.
Menos mal que había dos furgonetas con dos conductores jamaicanos esperando en el aparcamiento a que los turistas que los habían contratado volvieran de disfrutar de la playa. Todo ellos trajeados, uno de ellos con traje blanco nuclear… y cuando les dijimos lo que nos había pasado, el del traje blanco se fue a coger herramientas de su coche, y con un gato desmontaron la rueda, y pidió al otro que no estaba trajeado el moldear de nuevo la llanta a martillazos. Los pobres con el calor que hacía, tan arregladitos los dos, y ayudando a unos turistas desangelados… Se portaron genial, fueron muy amables, estuvimos como casi una hora arreglando la dichosa rueda, y evitamos tener que buscar un taller para arreglarla y perder prácticamente el día. Cuando estás ante este tipo de problemas, agradeces la buena calidad de personas que hay por el mundo. Y por supuesto que se llevaron una propina. Y por fin ya pudimos relajarnos en la famosa playa después del contratiempo.
Para acceder a ese tramo de playa público, había una taquilla en donde tuvimos que pagar unos 3,5 euros para acceder a una zona habilitada con duchas, cabañas tipo bar que estaban cerrados, y mesas tipo merendero.
La playa era espectacular, de arena blanca y aguas cristalinas, y kilómetros y kilómetros (concretamente 11 km, que equivalen a 7 Millas a las que la playa debe su nombre).
No había muchos peces para hacer snorkel, ya que los peces suelen estar cerca de zonas rocosas o corales para alimentarse.
Entonces desde la playa “pública” de Siete Millas, sí que andando por la orilla puedes recorrer varios kilómetros por el mar, y es superentretenido, pues vas pasando los tramos de playa de cada hotel, cada uno con una decoración y atracciones diferentes según la categoría del hotel.
Te puedes acercar un poco a mirar la parte de la piscina y zonas comunes, pero hay personal de seguridad que te impide adentrarte más allá.
También te ofrecen todo tipo de actividades acuáticas, como pasear en caballo por la playa al atardecer, y te venden de “todo”.
Preguntando a los conductores, que nos ayudaron a arreglar la rueda, que nos dijeran un restaurante para comer donde fueran los jamaicanos, nos hablaron de Sweet Spice en el propio pueblo de Negril (creo recordar que nos costó comer como 12€ los dos, y aparte las bebidas). Un restaurante local donde comimos un pollo al curry riquísimo, típico plato jamaicano por haber sido colonia inglesa, ya que los ingleses trajeron recetas de otras colonias británicas como de India, y porque hubo indios, de la India, viviendo allí.
Después de comer, volvimos a la Playa de las 7 Millas a tomar un café al restaurante Margaritaville Caribbean.
Un truco que descubrimos después, para poder acceder a esta playa por el centro en vez de por la playa “pública”, que estaba en un extremo.
Es una cadena de restaurantes que suelen estar en sitios turísticos “populares” o con buenas vistas. Por lo que si te paras para comer (precios un poco más altos que en España) o a tomarte una cerveza o un cocktail, se puede tener acceso, en este caso, a la playa de las 7 millas. Y que una vez dentro, ya te puedes mover por la orilla de aquí para allá y bañarte. El ambiente en este sitio está muy bien con música, y por las noches hay actuaciones de Reggae en directo.
Y sobre las 5 de la tarde fuimos al mítico Rick´s Café, que presume ser uno de los 10 mejores sitios para contemplar puestas de sol. Está como a 6 km de Negril, pero aunque hay alguna indicación para llegar, hay momentos que crees que estás perdido, pero nosotros pudimos llegar sin tener que preguntar.
Este lugar es otro sitio para no perderse, está en un emplazamiento espectacular, en los acantilados de Negril bañados por aguas de diferentes tonos turquesas.
Tiene muy buen ambiente, y hay música Reggae en directo.
Mientras te tomas algo (eso sí, prepara tu bolsillo, ya que es el sitio de Jamaica por excelencia), y como estás bastante tiempo pues un par de bebidas caen. Siempre puedes tomarte una cerveza local, Red Stripe, que es de lo más asequible, o unos chupitos alargados (shots) con diferentes mezclas y colores. Ojo con el alcohol para el conductor, que hay camino de vuelta.
Para visitar este sitio mejor ir como una hora antes del atardecer, para disfrutar de las vistas de día, del ambiente y de cómo unos valientes saltan por los acantilados a sus turquesas aguas.
Si quieres puedes tomarte un baño, y hay lugares para tirarse desde diferentes alturas. Fijaros bien en la foto que hay alguien tirándose en el aire. También tiene una tienda de souvenirs, donde especialmente hay camisetas muy chulas para ellos.
Y cuando llega el atardecer… sin palabras. Puedo atestiguar que es de los mejores atardeceres que he visto.
Os podéis imaginar lo que nos costó tener que irnos de vuelta al hotel, al poco de atardecer, porque había leído que mejor no conducir por la noche. El caso, que al final se nos hizo de noche, y en el camino empezó a llover a cántaros. Los jamaicanos conducen por la noche con la luz larga puesta, y encima hay tramos de la autopista que tienen un montón de boquetes (donde por la mañana se nos había averiado la rueda por ese motivo).
Llegamos al hotel sin ningún contratiempo, y que nos quiten “lo bailao”. Fue un día espectacular!
Otros lugares para visitar cerca:
El faro de Negril
Este faro es un símbolo para la ciudad, ya que desde 1895 está funcionando para guiar a los barcos.
Se puede contemplar desde el Rick´s Café, pero también se puede ir allí y subir hasta la parte superior para contemplar los acantilados y Negril a lo lejos. Está abierto hasta el atardecer.
Acantilados de Negril (Negril Cliffs)
Son los acantilados que se pueden ver desde Rick´s Café, pero que también puedes recorrer por tu cuenta unos kilómetros.
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